Con el cierre del pasado semestre y el inicio de nuevo, el repaso a la oferta de depósitos bancarios nuestro país nos ha traído algunas sorpresas, que, de hecho, han ido pasando inadvertidas pero que componen un panorama un tanto diferente al del principio de año respecto a los depósitos bancarios.
Y es que, efectivamente, si repasamos algunos modelos de depósito bancario, vamos a ver subidas notables en la rentabilidad. Pero, hay que frenar la euforia, no es en todos los depósitos, no es en todos los bancos y, parece más una medida destinada a frenar la fuga de ahorradores que un proceso que vaya a sostenerse en el tiempo con un entorno de crecimiento de la rentabilidad de los productos garantizados.
Cómo y por qué ha subido la rentabilidad de algunos depósitos
La mayoría de subidas que hemos podido comprobar tienen relación con plazos muy concretos. Realmente, es el segmento de depósitos a 12 meses hasta depósitos a 24 meses en el que hemos podido ver diferencias notables que van desde una rentabilidad inicial a comienzos de año del 0,05% hasta una rentabilidad al final de julio cercana 0,50% para los depósitos a 12 meses.
Obviamente, en cualquier otra circunstancia, es un crecimiento que nos estaría pareciendo espectacular. De hecho, porcentualmente lo es. Sin embargo, los depósitos siguen sin ser competitivos, siguen sin batir ni de lejos a la inflación, y la medida se entiende más como un freno a la salida de clientes que, de hecho, se estaba produciendo y parece que a pesar de estos aumentos se va a seguir produciendo.
De hecho, si tomamos el último informe sobre el ahorro de las familias españolas, veremos cómo el aumento de la dirección de ahorro hacia las cuentas a la vista en detrimento de los depósitos bancarios es más que notable. No sólo eso, es que ha bajado el volumen de captación de depósitos incluso en plena escalada de rentabilidad. Si al cierre de 2020 se alcanzaban los 1700 millones de euros de nuevos depósitos, al cierre del primer semestre del año apenas se ha superado los 700 millones.
Esto es un marco ya conocido en el que, de hecho, por primera vez el volumen de los depósitos en España bajo de los 100.000.000.000 €. Si retrocedemos tan sólo ocho años en el tiempo, vemos que por entonces el volumen de los depósitos era cuatro veces más, superando los 400.000 millones.
¿Qué ocurrirá con los depósitos?
No está claro. Aunque muchos analistas intentan hacer futuribles, no está nada claro. De hecho, ni siquiera está claro que se pueda vincular un posible crecimiento de la rentabilidad de los depósitos bancarios a un supuesto escenario de aumento del valor de los tipos de interés. Lo que sí está claro, es y como producto financiero, el depósito a plazo fijo está perdiendo la aceptación del usuario medio, tanto por rendimiento, como por propio carácter de producto. Obviamente sigue siendo y lo seguirá, el producto central dentro del ahorro fijo, pero, es muy probable que poco a poco vayamos viendo cómo aún bajan más los datos de dinero colocado en este modelo de ahorro.
Con el cierre del pasado semestre y el inicio de nuevo, el repaso a la oferta de depósitos bancarios nuestro país nos ha traído algunas sorpresas, que, de hecho, han ido pasando inadvertidas pero que componen un panorama un tanto diferente al del principio de año respecto a los depósitos bancarios.
Y es que, efectivamente, si repasamos algunos modelos de depósito bancario, vamos a ver subidas notables en la rentabilidad. Pero, hay que frenar la euforia, no es en todos los depósitos, no es en todos los bancos y, parece más una medida destinada a frenar la fuga de ahorradores que un proceso que vaya a sostenerse en el tiempo con un entorno de crecimiento de la rentabilidad de los productos garantizados.