Existe una preocupación acerca de la reducción de los órganos de gobierno de aquellas cajas que han traspasado su negocio financiero a un banca. Lo que se quiere es que éstos coticen en bolsa y que una ley obligue a las cajas a que, en un plazo razonable, dejen de participar en forma significativa en el capital de las entidades de crédito.
El propósito de la venta es que puedan seguir desarrollando la obra social, convirtiéndose en simples fundaciones. Se dice que es una Situación Conflictiva de las Cajas de Ahorro ya que lo único que se pretende, es que desaparezcan.
La sociedad mercantil bancaria, tiene como único objetivo minimizar las pérdidas y aumentar el valor de los accionistas, frente a las cajas, en las que sus dirigentes tratan sobre todo de mantener el poder, el nivel de las retribuciones y prejubilaciones y asegurarse de dónde se colocan las sedes, amén de otros muchos vicios que han quedado acreditados en su funcionamiento. Frente a ello, los bancos son eficientes, diligentes, buenos y creadores de riqueza para todos.
Existe una Ley que ordenaba a las Casse di Risparmio a la venta de sus participaciones bancarias y su conversión en fundaciones. Fue la Ley y Decreto Ciampi (Ley 461/1998 y Decreto Legislativo 153/1999), que impone a las fundaciones la obligación de reducir la participación mayoritaria que puedan tener en las sociedades bancarias, obligándoles a invertir en actividades vinculadas al logro de sus fines sociales. El resultado de este proceso fue, efectivamente, la nítida separación entre unas y otras entidades.
Por supuesto que dicho planteo molesta a las Cajas sabiendo que no están de acuerdo con la propuesta. El crecimiento mediante fusiones y adquisiciones, seguida de la conversión en bancos y desaparición de las cajas, es algo que no será fácil encontrar inversores que vengan a sustituir a las cajas, salvo que sus participaciones se vendan con descuentos que aniquilen su valor.
Los problemas que las cajas vienen padeciendo desde la Ley de 1985 han sido crecientes y ni los gobiernos, ni las cajas, los han sabido o querido corregir. Pero en indemnizaciones por prejubilación, blindajes, sueldos y bonus pagados por los bancos,también son tema de discusión.
Cabe destacar que las Cajas tienen muchas virtudes y han dado pruebas suficientes de servicio a la sociedad, de una inmensa obra social y también, de la capacidad de competir en el mercado de crédito. Las cajas hay que depurarlas, modificar su regulación y definir mejor la ordenación de sus poderes, articular su rendición de cuentas y otros cambios.