Si has tenido la suerte de no necesitar solicitar financiación a un banco anteriormente, enhorabuena, pero, si lo has necesitado o lo vas a necesitar hay una serie de cosas que deberías tener en cuenta.
En primer lugar, pedir un préstamo, al banco o a cualquier servicio de financiación, es un asunto serio. Esto significa que hay una serie de cosas que debes medir de antemano, antes siquiera de plantearte el estudio de tu financiación:
- Cuánto dinero necesitas realmente
- Cuánto dinero puedes pagar en cuotas mensuales
Estos dos factores son tremendamente relevantes ya que van a determinar que, en primer lugar, tu financiación sea efectiva, y en segundo lugar que no te vaya a suponer un problema a la hora de su devolución. Una vez analizados y respondidas las dudas que puedan surgirte, llega el momento de acudir al banco.
¿Tu banco u otro banco?
Esta es la primera elección que debes tomar. Y no se trata de una decisión menor. En primer lugar, debes valorar si la entidad financiera con la que trabajas puede hacerte una buena oferta económica.
Si es así, siempre es más cómodo trabajar donde ya tienes otros productos contratados. No obstante, la recomendación en todos los casos es comparar lo que te ofrece. Hoy en día el mercado está lo suficientemente maduro como para que un usuario medio pueda investigar por su cuenta y acceder a propuestas de otros bancos sin tener mayores problemas.
Por tanto, comparar ofertas e incluso solicita varias para poder contrastar bien cuál es la que mejor se adapta a ti. Si tienes que pedir el préstamo en un banco diferente porque es sensiblemente mejor a la financiación que te ofrece tu banco hazlo sin dudar.
¿Qué te va a pedir el banco?
Realmente todas las entidades financieras, cuando vas a solicitar un préstamo, te piden aspectos muy similares relacionados con el estudio de la financiación.
Esto comenzaría con garantizarse que tienes ingresos estables suficientes para devolver el producto. Es fundamental porque, no en todos los casos, vamos a poder acceder a financiación incluso con ingresos regulares.
Otro aspecto relevante será tu solvencia y deuda crediticia. Da igual que tengas un ingreso estable elevado, si tu historial crediticio es malo, con amortizaciones por devolver, deudas impagadas, o un elevado nivel de deuda de préstamos, será muy difícil que te otorgue el crédito.
Otro factor relevante sería el de los posibles elementos añadidos de garantía. Realmente no es común que para importes medios o bajos se soliciten garantías añadidas, pero, en algunos casos puede ser posible por lo que necesitarás acreditar que estas garantías existen y lo que pueden avalar.