La llegada de las fiestas navideñas trae consigo uno de los momentos de mayor gasto del año. Además, no siempre nuestra economía está preparada para estos gastos. En esa situación solemos recurrir a los bancos para financiar las compras, pero, ¿esto es una buena idea?
Vaya por delante que no estamos hablando de respuestas universales ya que se trata de decisiones complicadas que no siempre van a ser adecuadas para cualquier perfil.
Así que, es importante, en primer lugar, antes de plantearse la financiación hacer una reflexión sobre la situación de nuestra economía. Acudir a la financiación cuando no se tiene la certeza de la capacidad de devolución de los préstamos no es una buena idea en ningún caso.
Por tanto, sólo tras ese análisis y la certeza de tener capacidad deberíamos plantearnos si acudir o no a nuestro banco para financiar las compras navideñas.
Cómo funcionan los sistemas para sacar dinero sin tarjeta
¿Cómo financiar las compras de navidad en el banco?
En primer lugar, deberemos sopesar a qué tipo de herramienta es mejor acudir. Lo ideal sería valorar entre las dos más habituales que son los préstamos y las tarjetas.
Los préstamos al consumo son una herramienta de financiación común. De hecho, para bajas cantidades, volver a ser una herramienta relativamente frecuente cuando, hasta no hace mucho, era más difícil solicitarlos que en la actualidad.
Estos préstamos se mueven alrededor de intereses que pueden ir, dependiendo de la entidad y de la vinculación, desde el 7% hasta el 11%. Generalmente se tratará de productos a corto plazo, para periodos de amortización entre seis meses y 18 meses y cantidades bajas de dinero.
Son una buena herramienta de financiación tal y como está el mercado, y, en el caso de aquellos que están concebidos de antemano gracias a su vinculación con, por ejemplo, la domiciliación de nómina, puede ser una buena herramienta.
La financiación con tarjetas de crédito es un asunto distinto. En primer lugar, debemos distinguir entre aquella financiación que se basa en las tarjetas de pago aplazado sin intereses. Estas tarjetas de pago aplazado sin intereses lo que hacen es permitir un aplazamiento en diferido de todo el gasto en un plazo de tiempo y no aplicarán intereses a la hora de la devolución.
Por ejemplo, a un gasto de 500 € el día 1 de diciembre y el día 5 de enero tengo que devolver los 500 € íntegros. Esta puede ser una buena idea cuando la cantidad que vamos a devolver sabemos que estará disponible en la fecha de devolución.
El problema viene dado por las tarjetas de pago aplazado fraccionado. En ese mismo ejemplo anterior, en lugar de devolver los 500 € en 30 días, los podríamos devolver en cinco plazos. Lo que ocurre en este caso es que la entidad los va aplicar intereses, y estos intereses son muy elevados: dependiendo del banco y del tipo de tarjeta pueden ir desde el 15% hasta el 19%. Obviamente medio superior a un préstamo al consumo.