Tras la compra de Novagalicia Banco al finalizar el pasado año 2013 por parte de Banesco, la entidad que adquiría el banco surgido de las fusiones entre las cajas gallegas, afirmaba que llegaba a la compra con una vocación clara; volver a un modelo de banca transparente, no solicitar ayudas públicas, mantener no sólo el empleo en la entidad adquirida sino también las raíces en Galicia y el eje de la gestión.
En colaboración con una de las principales empresas de Branding españolas (SUMMA) durante este semestre del año la entidad se redefinido de manera integral en un proyecto que ha pasado también por la creación de una nueva marca, de este modo nace, o renace ABANCA.
Todo lo que se desprende tanto de los comunicados de la nueva entidad como de la imagen corporativa de la misma tiene que ver con la de la vuelta al concepto de banca tradicional y transparente. Una imagen muy distante a la que los productos complejos y una banca cerrada en el trato dio durante los primero años de la crisis bancaria.
La estrategia de la entidad se basará en productos sencillos y de fácil comprensión, y un concepto general de entidad que pasa por el compromiso con el espacio físico en el que se radica la mayor parte de su oferta; Galicia.
Éste cambio en principio el nuevo presupuesto ni lo hará problemas para los usuarios de la entidad, que continúan manteniendo sus productos en proceso de transición.
El nuevo banco ya ha comenzado a ofrecer algunos productos concretos que pueden tomarse perfectamente como una muestra de esa filosofía del producto claro y comprensible a la que se refieren en su declaración de principios.
Buena imagen general para el lanzamiento de la entidad que poseerá 580 oficinas repartidas por todo el país, de las que además una buena parte (106) tendrán horario de apertura por las tardes entre los meses de septiembre y junio.