El Gobierno se plantea solicitar unos 66.000 millones de euros formando una Línea de Crédito para los Bancos Españoles. El dinero europeo se inyectará directamente en el FROB con un plazo de amortización de entre 10 y 15 años. Se distribuirá hacia los bancos parte en capital y otra parte a través de bonos convertibles contingentes , los denominados «CoCos»(Bankia, Novagalicia Banco y CatalunyaCaixa, absorberán el 66% del total de los 60.000 millones).
El préstamo sí impactará de forma directa en la deuda pública ya que los intereses computarán como déficit, esto no ocurrirá si la ayuda se califica como inversión financiera del Estado. Con respecto al interés con el que se otorgará el dinero al Estado español será del 3% mientras que este a su vez podría aumentarlo al 8,5% en el momento de prestarlo a los bancos (el impacto negativo podría compensarse por los intereses que deberán pagar las entidades al Estado)Condiciones:
Los bancos y cajas españolas se verán obligadas a reformas internas como el recorte de divividendos, el cierre de oficinas y reducción de personal y remuneraciones así como la venta de activos para obtener liquidez. La Comisión Europea, FMI y BCE, con la supervisión del Banco de España, será la encargada a partir de ahora de controlar la reestructuración de la banca y de imponerle nuevas tareas y más medidas destinadas a aumentar las provisiones por los activos problemáticos.
La línea de crédito, ha avivado las tensiones ya existentes por la falta de detalles y las informaciones que apuntan a que aumentará la deuda pública. El principal problema reside en la falta de unión dentro de Europa y reclaman una unión fiscal y bancaria para paliar las tensiones.
Se podría decir que la solución pasa por implantar medidas a medio y corto plazo que cambien la situación y que permitan avanzar hacia más Europa, entre las que citó el préstamo europeo (el Gobierno sabe qué medidas tomar para arreglar la situación).
El sistema bancario ha apostado casi todo lo que tenía al mercado inmobiliario, por lo que la economía española no tiene muchas alternativas. Los precios de la vivienda aún podrían caer un 20% más, la clave para eliminar los agujeros reside por tanto en liquidar el «stock» de viviendas que poseen las entidades. La ayuda financiera hará bajar aún más los precios. Lo que se persigue es el saneamiento de las entidades financieras colocando dichos activos inmobiliarios a precio de mercado a medio plazo, reconociendo las pérdidas de su cartera inmobiliaria.
La única opción razonable, para algunos bancos españoles, es la liquidación y que no se inyectará dinero público en entidades que hayan cometido errores en el pasado. Se podría decir que no habrá cambios sustanciales para productos ya firmados y con contratos cerrados, como depósitos o hipotecas si el banco en el que está suscrito el crédito recibe ayuda. Es decir, que habrá que seguir pagando la hipoteca todos los meses y se mantendrán las mismas condiciones de diferencial sobre eurobor, comisiones y plazo.