Si nos preguntan por una compañía capaz de vender telefonía móvil por importe de 12 millones de euros en menos de cinco minutos a través de un único portal de comercio online, llegando a vender en el primer minuto y medio tras la apertura de las operaciones comerciales 200.000 unidades de telefonía móvil, y, si luego además nos rematan el dato con una recaudación al cierre del día por importe superior a 60 millones de euros, probablemente nuestro primer pensamiento se dirija hacia las compañías teóricamente más vendedoras de dispositivos móviles, pero no es así, la firma es Xiaomi, una marca china con cuatro años escasos de presencia en el mercado.
Todo en los datos comerciales relativos a la esta firma resulta abrumador, desde el lanzamiento, hace poco más de dos años, de su primer dispositivo móvil (Xiaomi M1) la marca ha ido creciendo en ventas de manera espectacular, y además, muy particular, casi de algún modo se podría definir, a la contra tanto de las compañías estándar de este tipo de producto tecnológico como de las propias compañías chinas compiten en precio por mercado.
Y es que si hablamos de mercado debemos tener en cuenta que a fecha de hoy, y recordemos con menos de dos años prácticamente de presencia en el mercado, Xiaomi posee ya más cuota que Apple, cerrando por ejemplo el primer trimestre del presente año con ingresos superiores a 1.650 millones de euros, cifra que supone doblar el resultado de ingresos de todo el año 2012, y que lanza una proyección al cierre del presente año prácticamente duplicando la del ejercicio pasado y con un número de terminales vendidos superior a los 20 millones.
El secreto de Xiaomi
Pues probablemente, y aunque suene muy de andar por casa, el principal secreto de esta firma a diferencia de otras firmas tecnológicas dedicadas al mismo espectro en el mercado chino, es que hay pocos secretos.
Detrás de la marca se encuentra en buena medida el impulso del antiguo vicepresidente para el mercado chino de Google, actual CEO de Xiaomi, que, reforzando esta teoría, contrataba el pasado verano nada menos que a todo un vicepresidente de Google y responsable de Android (Hugo Barra) en lo que sin duda es toda una declaración de principios sobre la vocación de internacionalización de la firma.
A partir de estos conceptos lo demás es sencillo; precio y potencia de los dispositivos.
La propuestas de los dispositivos móviles de la firma china viene a situarse en un rango de prestaciones similares el precio de venta cerca o incluso menos de la mitad de un dispositivo de marca estándar, poniendo por ejemplo en el mercado a un precio de 99 € un Smartphone con procesador a 1.5 Ghz con pantalla de 4,7 pulgadas y dos cámaras, un precio que ni siquiera los grandes fabricantes chinos a fecha de hoy pueden acercarse a ofrecer.
Sin embargo no debemos confundir el concepto de precios bajos con el concepto de renuncia a la calidad o a la potencia de los dispositivos, el aparato de más reciente lanzamiento, el Mi3 equiparable o incluso superior a los dispositivos móviles más potentes existentes en el mundo, es accesible desde un precio en el entorno de los 240 € en su versión de 16 gb, teniendo en cuenta insistimos la presencia de un innovador procesador a 2.4 Ghz que lo dota de una potencia muy superior a la media de lo existente en el mercado actualmente.
¿Cómo pueden ofrecer estos precios?
Pues es relativamente simple la respuesta, una renuncia doble, por un lado a la comercialización de sus productos fuera del entorno de Internet, y, por otro lado, a los canales convencionales de marketing y publicidad.
El primero de los casos, y aunque es cierto que podemos encontrar distribuidores no oficiales de los productos de la marca en todos los países del mundo, incluido España, la vocación comercial de Xiaomi es puramente el uso de Internet como canal de venta, renunciando a todos los costes que otros canales pudieran aportar, una vocación que, dentro de los planes de expansión de la compañía, no sólo no se plantea modificar, sino potenciar aún más.
La otra renuncia, la que tiene que ver con las estrategias de marketing, resulta arriesgada en principio a ojos vista tal vez de una mentalidad más occidental, ya que la firma confía plenamente en la propia comunidad de usuarios de sus productos y en las redes sociales como instrumento publicitario a costes obviamente bajos, cuando no a coste cero, esto incluye a su vez una experiencia muy positiva desde el punto de vista del usuario que puede interactuar de manera bastante efectiva con la propia marca a la hora del diseño de las funcionalidades de los dispositivos, como muestra la alta capacidad de identificación de los usuarios de la marca a través del merchandising y la participación de estos en importantes modificaciones dentro de las funcionalidades de algunos de los terminales de la firma, a partir de las opiniones de usuarios en foros y entornos de redes sociales.
¿El futuro?
La vocación de la firma como indicamos anteriormente esta clara, buscan expandir a nivel internacional su propuesta y competir, desde una posición de precios de momento difícilmente igualable, no sólo con los grandes fabricantes de dispositivos de precio estándar, sino incluso con los que venían a ser hasta ahora los fabricantes de dispositivos low cost, también en buena medida fabricantes chinos.