Esta semana el Grupo “la Caixa” ha sido la noticia del sistema financiero español. Primero con la oficialización de la creación de Caixabank, y ahora con la presentación de sus resultados del ejercicio 2010.
Por lo tanto, a diciembre del año pasado, registró un beneficio neto de 1.307 millones de euros, lo que supone un descenso del 13,4% frente a 2009.
La entidad catalana destinó completamente a provisiones los 634 millones de plusvalías obtenidos con «la gestión activa de sus participadas» y el acuerdo con Global Payments. Además, realizó una dotación extraordinaria de 200 millones de euros para «la gestión futura del negocio». Sin esta aportación, la caída del beneficio habría sido del 11,9%.
En cuanto al core capital se ha situado en el 8,6%. Recordemos que el Gobierno ha fijado en el 8% el mínimo de capital básico requerido a la banca, con el horizonte temporal del próximo septiembre. Para las entidades financieras no cotizadas, sin embargo, este límite se elevará hasta el 9% o el 10%.
En lo que respecta a la morosidad, la ratio que mide los activos dudosos sobre el total del crédito ha crecido 29 puntos básicos en el ultimo año, hasta el 3,71%. Además, la cobertura de estos activos con provisiones se ha elevado hasta el 70%, desde el 62% de hace un año.
Además, mantiene su colchón de provisiones genéricas, en 1.835 millones. Las provisiones específicas (las que se dotan para cubrir activos dudosos) suman 3.190 millones.
Sin embargo, la entidad ha reflejado una caída de los ingresos, por la fuerte contracción del margen de interés.
También ha informado que la subida de los costes de financiación tanto mayorista como minorista (por la guerra del pasivo entre las entidades locales); la curva de los tipos de interés y la menor actividad crediticia hicieron que el margen de interés cayera un 19,8%.
Los mayores ingresos por dividendos, la recuperación de las comisiones y de los ROF (resultados de operaciones financieras) limitaron el descenso del margen bruto al 6,1%. Los gastor se redujeron un 4,7% y el margen antes de provisiones se contrajo un 8,3%.
Las caídas en la cuenta de resultados se reflejan en un empeoramiento de la eficiencia desde el 42,9% al 43,6%. También descende la rentabilidad de los activos, que se sitúa en el 9,3% desde el 11,3% de cierre de 2009.