Gastos y comisiones bancarias

Es un problema bastante habitual. Se le presta una atención importante (que por otra parte merecen) a cuestiones como los intereses en los préstamos o las comisiones en productos de inversión pero sin embargo, se nos olvida atender a los gastos que los productos cotidianos como las cuentas o las tarjetas generan.

Y sin embargo resulta que para una economía doméstica tipo estos gastos son tan relevantes o más que los otros, es decir, se trata de salidas de dinero que de no estar controladas pueden perfectamente desequilibrar el equilibrio entre gastos e ingresos que todos buscamos.

Cuando subestimamos los gastos y comisiones

Una de las cuestiones clave, y que desafortunadamente no se tiene muy en cuenta, cuando lo relacionamos con productos financieros de uso cotidiano, es la comprensión de sus condiciones y funcionamiento; algo que en principio se puede obtener simplemente a través de la lectura de los contratos que firmamos, pero que en la mayoría de ocasiones, en productos como las cuentas bancarias, las tarjetas de crédito y similares, damos por sobreentendido.

Cuando la banca reduce sus ingresos, ¿aumenta las comisiones?

 Es pues básico, cuando de buscar ahorro en gastos bancarios se trata, el hecho de una revisión profunda de las condiciones en las que hemos contratado todos los productos que hemos decidido mantener. Esta revisión nos va a dar una perspectiva real no sólo sobre lo que poseemos desde el punto de vista de sus funcionalidades, sino también, desde los costes que los productos presentan tanto en su funcionamiento normal como en situaciones atípicas, como puede ser por ejemplo los descubiertos.

El control  de gasto es la base

Debemos tener en cuenta que no todas las propuestas van a responder del mismo modo ante las mismas situaciones, y por ello, puede ser, que poseemos productos que mantienen un comportamiento determinado en condiciones normales, pero que, en condiciones excepcionales como los citados descubiertos, pueden penalizar los más que otros productos similares.

En línea con lo anterior, y una vez detectadas las virtudes y defectos de los productos que tenemos contratados, resulta más que interesante el hecho de perder el miedo a la negociación con las entidades bancarias.

Comisiones Bancarias

Hoy por hoy, en una situación en la que los bancos de nuestro país necesitan más que nunca fidelizar al cliente, los márgenes de negociación aunque parezca lo contrario, son relativamente amplios, y, para aquellas personas que nunca hayan revisado el conjunto de sus productos financieros, pueden proporcionar ahorros más que razonables ante la perspectiva de la entidad de un cambio de banco por parte del usuario.

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