Caja Inmaculada (CAI) cerró 2009 con un beneficio neto de 18 millones de euros, un 68% menos que en el ejercicio 2008. La entidad informó que estos resultados se deben al incremento de provisiones realizado para reforzar las coberturas de riesgos, para lo que se dotó de 143 millones de euros, un 47% más que en el ejercicio anterior.
El volumen de negocio aumentó un 2% por encima de la media del sector, con un incremento del 9% en depósitos de clientes. El activo del balance subió 1.004 millones de euros, el 10%, hasta alcanzar los 11.408 millones de euros.
La solvencia de la entidad es una de las más elevadas del sector: los recursos propios de la caja se situaron al final del ejercicio en 1.030 millones de euros, lo que supone una ratio de solvencia del 12,52%, «muy por encima del ocho por ciento exigible». El core capital alcanzó el 8,49%, superior a la media del sector.
La liquidez, medida como los activos líquidos movilizables sobre balance, se situó en el 13%, por un importe de 1.516 millones de euros. Además, no tiene vencimientos de emisiones en todo el año 2010.
La ratio de créditos dudosos se situó en el 4,76%, inferior a la media de las cajas de ahorros, y la cobertura de dudosos en el 53%.
A diciembre de 2009, el Grupo CAI, que incorpora 88 sociedades a la matriz caja de ahorros, tiene un activo de 11.938 millones de euros, un 9% más que en el ejercicio anterior, y un beneficio atribuido de diez millones de euros.
Caja Inmaculada dedicó 25,5 millones de euros a Obra Social y colaboró con más de 700 entidades, para realizar actividades asistenciales, culturales, de investigación, medioambientales y deportivas, con más de 1.000.000 de beneficiarios en Aragón.