Será a través de la creación de una nueva empresa destinada a tal fin como el Banco de España será quien definitivamente se quede con la fabricación de billetes según ha destinado el Ministerio de Hacienda. En cualquier caso, dentro de este modelo, existe el compromiso del uso tanto de las instalaciones como del personal de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT).
Se zanja de esta manera dos cuestiones relevantes, por un lado, el debate abierto sobre la adaptación de la entidad bancaria central de nuestro país a las normas del BCE y por otro lado se evitará la eliminación de los puestos de trabajo de la FNTM.
Este cambio viene motivado por la nueva normativa europea a partir de 2015 en la cual la cuota de moneda que corresponde a nuestro país sólo puede ser fabricada por una empresa controlada por el supervisor nacional, o en su defecto sacada a concurso internacional. Sobre la posibilidad de las dos opciones al final Hacienda ha optado por la primera.
Dentro del debate generado, los trabajadores venían defendiendo que la fabricación continuará realizándose en la fábrica a través de las instalaciones controladas por el BdE. Sobre papel, según el gobierno entiende, este modelo no sería aceptado por el organismo central bancario europeo, corriendo el riesgo caso adoptarlo de la salida subasta forzada que incluso eliminara de la ecuación a la FNMT, a la que se considera poco competitiva por costes en relación a otras posibles opciones de fabricantes europeos.
En esta nueva solución la fábrica actual poseerá el 20% del capital de la futura sociedad conjunta, mientras la empresa de papel moneda de Burgos podrá mantener el funcionamiento destinado a la producción de otras divisas que no sean euros; en este caso, según apunta al gobierno, se cree en la competitividad de la fábrica tras la reciente inversión de 27 millones de euros en nueva tecnología destinada a la fabricación de moneda.