Los bancos estadounidenses Bank of America, Wells Fargo y PNC anunciaron que completaron sendos trámites para la adquisición de sus competidoras Merrill Lynch, Wachovia y National City respectivamente. Con estas fusiones completadas, el paisaje bancario cambia por completo en EEUU, que en 2008 ha sufrido una ola sin precedentes de quiebras de entidades financieras.
Al absorber al malogrado banco de inversiones Merrill Lynch, cuya venta fue negociada en pleno estallido de la crisis financiera, en septiembre, Bank of America se convierte en el ‘número uno’ en EEUU, con más de dos billones de dólares en activos, según reivindica la propia firma con sede en Charlotte (Carolina del Norte).
Por su parte, Wells Fargo absorbió al banco Wachovia en una operación que asegura dio nacimiento a la mayor red estadounidense de distribución, con 11.000 agencias, y al segundo banco por depósitos del país, con unos 774.000 millones de dólares. La transacción, cerrada el miércoles por intercambio de acciones al término de la sesión en Wall Street, le deja 1,4 billones de activos. La firma californiana, uno de los principales distribuidores de créditos hipotecarios en EEUU, logró en octubre birlarle a Citigroup la adquisición de Wachovia, que estaba al borde de la quiebra.
En cuanto a PNC Financial Services Group, la absorción de National City le permite disponer de 175.000 millones de dólares de depósitos. Con cerca de 291.000 millones de activos, PNC se convierte en la quinta institución bancaria de Estados Unidos.
Estas tres fusiones son algunas de las mayores operaciones negociadas en 2008, como la venta del banco de inversiones Bear Stearns al grupo JPMorgan Chase, que luego también adquirió las actividades bancarias de su competidor en quiebra Washington Mutual (WaMu).
A esas transacciones se suma la compra de Countrywide por el Bank of America, y las del desahuciado banco de inversiones Lehman Brothers, que debió declararse en bancarrota antes de ver la mayoría de sus activos absorbidos por el británico Barclays, en un contexto donde 25 firmas regionales debieron someterse a la ley de quiebras de Estados Unidos.
En último lugar, es preciso destacar que decenas de miles de supresiones de empleos vienen de la mano de todas estas reestructuraciones corporativas.