No es ningún secreto que la crisis está afectando de manera distinta a los grupos financieros. Y, de ahí, que cada uno reacciones de forma dispar ante la postura que debe mantener ante la misma. Así por ejemplo, el consejero delegado de Merrill Lynch, John Thain, reconoció ayer que la actual coyuntura se asemeja a la que rodeó a la Gran Depresión sufrida en 1929, y afirmó que la recuperación no se producirá rápidamente.
Prácticamente a la misma hora, al otro lado del Atlántico, el director general de La Caixa , Juan María Nin, aseguraba que la caja catalana no sólo va a mantener su plan estratégico (2007-2010) a pesar de la crisis financiera internacional sino que, además, remarcó que también en estos momentos se pueden materializar adquisiciones.
A nadie se le escapa que la primera de las entidades representa a uno de los sectores financieros más afectados por la crisis, como es el estadounidense, mientras que la segunda opera en el mercado que aún se mantiene casi ‘inmaculado’. No en vano, Merrill Lynch fue adquirido por Bank of America cuando se acercaba al borde del precipicio.
Las diferencias entre las opiniones de los dos directivos no quedaron allí. Thain aseguró, además, que la actual crisis “no es como las de 1987, 1998 o 2001, puesto que la actual contracción de la economía es mayor que en aquellos momentos. Habría que mirar hacia 1929 para observar el tipo de contracción que vemos actualmente”.
En este sentido, el máximo ejecutivo de Merrill Lynch, entidad que será absorbido por Bank of America, apuntó que la economía de EEUU está experimentando una “muy rápida” contracción, y advirtió de que el mundo se enfrenta a una ralentización global de la actividad económica que afecta a todos los partícipes de la economía global.
«No existe eso del ‘decoupling'», afirmó Thain en referencia a la teoría que especulaba con la potencial desvinculación de las economías emergentes respecto a los problemas de los países desarrollados. «Todos los mercados están vinculados, cada economía individual se verá más o menos afectada, dependiendo de su exposición a la economía global», indicó.
Sin embargo, el consejero delegado de Merrill Lynch mostró un «cauteloso optimismo» respecto a las perspectivas de futuro de la industria financiera gracias al plan de rescate de 700.000 millones de dólares puesto en marcha por la Administración Bush , que contempla inyecciones por importe de 125.000 millones de dólares en los principales bancos del país. «Todo eso está empezando a surtir efecto, y aunque las cosas están empezando a mejorar, se trata de un proceso largo», explicó Thain, quien destacó que los tipos interbancarios empiezan a mostrar signos de relajación.
En un tono completamente diferente, Nin completó su discurso afirmando en un entorno «complejo» el negocio financiero exigirá más capital y liquidez – La Caixa tiene más de 26.000 millones de euros-, al tiempo que se crecerá, al menos en la caja, con «prudencia en la gestión».
Entre los objetivos del plan estratégico de La Caixa figuran su apuesta por ser una referencia en el segmento de banca personal y privada, así como la potenciación de la banca de empresas y los autónomos.
En el informe anual de 2007, La Caixa pronosticaba que el resultado de estas actuaciones estratégicas implicarían para el período 2007-2010 un crecimiento del grupo del volumen de negocio a una tasa anual del 13 por ciento hasta llegar a los 550.000 millones de euros, con mayores cuotas de mercado en productos y servicios.
Los objetivos también pronostican un crecimiento del resultado recurrente a un ritmo del 20 por ciento anual, lo que implicará llegar a los 3.000 millones de euros en 2010.