Es obvio que cada entidad financiera maneja su comunicación externa a partir de consideraciones estratégicas sobre los impactos de dicha comunicación, sin embargo, no es que estemos muy acostumbrados ante la espera a una presentación de resultados a conocer de antemano los entresijos de dichos resultados; máxime si estos son negativos.
Se puede escuchar hablar de tendencias o previsiones, pero, en este caso, Deutsche Bank ha elegido el camino rápido, y de manera previa a la reunión de presentación de resultados convocada para el próximo día 29 de este mes de enero, ha anticipado los resultados del cuarto trimestre del pasado 2013, que además como indicamos en el título del artículo, arrojan una perdidas inesperadas en principio.
Es cierto que, tras encajar el anuncio de esas pérdidas de 1.153 millones de euros antes de impuestos se encuentran elementos claros que han motivado estos números rojos que la entidad ha preferido adelantar en previsión de las posibles reacciones que puedan suscitar.
Son tres los elementos principales que sin duda han afectado al resultado negativo de los últimos cuatro meses de 2014.
- El proceso de reestructuración de la entidad, al que se la ubican gastos en el entorno de los 509 millones de euros.
- La financiación y deuda a la que se adjudican otros 623 millones.
- Los gastos legales motivados por los litigios en los que la entidad se encuentra envuelta y que da sentido a 528 millones de euros.
A todo esto hay que sumar que los ingresos de la entidad presentan un retroceso del 16% traducido en 6.580 millones de euros menos ingresados, que la propia entidad en el comunicado en el que asume los resultados expuestos, achaca a un proceso de debilidad de su banca corporativa y de valores.
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