Si hay un producto por excelencia castigado dentro de los catálogos de los productos financieros de la banca española en los últimos tiempos son los depósitos bancarios. Acumulando ya más de un año de descensos, los depósitos se están situando poco a poco en mínimos históricos, batiendo récords de baja rentabilidad y, en algunos casos, siendo relativamente sostenibles gracias a la lentitud de la evolución de la inflación, ya que, de otro modo las rentabilidades no lograrían batirla.
En el origen de esta caída de la rentabilidad de los depósitos encontramos tanto el bajo nivel del precio del dinero como los procesos de limitación a la rentabilidades recomendados en su momento por el Banco de España que, junto a un escenario generalizado de retroceso de la remuneración garantizada, han creado un panorama ciertamente difícil para el ahorrador, aunque, las caídas en captación del patrimonio no han sido todo lo fuertes que cabía esperar.
Durante el pasado mes de agosto los depósitos bancarios de residentes en nuestro país han sufrido un descenso cercano al 0.5% respecto al mes de Agosto. Según las cifras publicadas por el propio banco de España la pasada semana esto daría como resultado una reducción de 6,760 millones de euros, lo que a su vez supondría una caída del 2.1% respecto al mismo mes del pasado año 2013.
No se libran ninguna categoría a excepción de los depósitos de las empresas que repuntan en 3548 millones de euros en el mes de agosto, sin embargo, los depósitos familiares descienden en 1936 millones de euros hasta situarse en los 738,905 millones. Por otro lado, los depósitos de residentes en otros países de la eurozona, al contrario, experimentan un avance del 2.4% y alcanzan los 42,500 millones de euros.
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Todo esto, como indicábamos, genera un escenario complejo para este producto, que, a la espera de la aplicación a partir del mes de enero próximo del denominado Plan Ahorro 5 que puede traer algunos cambios sustanciales, se configura como un segmento del producto en el que la banca apenas representa competencia salvo casos excepcionales, limitándose a acompasar la rentabilidades a la baja según los movimientos Del mercado, y favoreciendo mucho más otro tipo de productos que quedan fuera del balance como pueden ser los planes de pensiones o los fondos de inversión, productos que de media aparecen como más rentables para el usuario, pero que también aportan un mayor nivel de comisiones a las entidades.
En definitiva, y a pesar del factor estacional que obviamente también influye, los datos del mes de agosto en relación a los depósitos no dejan de señalar una tendencia que aún hoy no se sabe muy bien hasta dónde puede llegar, pudiendo incluso darse el caso de depósitos con rentabilidades cada vez más cercanas al 0%.