A principios del 2013 el Banco de España recomendaba evitar a las entidades financieras con sede en España lo que se ha dado en llamar como la guerra del pasivo. Con esto se intentaba detener la espiral de ofertas de remuneraciones elevadas para captar la liquidez que podía comprometer seriamente el saneamiento del sector financiero.
Los resultados de esta medida ya se aprecian en los bancos españoles. El interés que se ofrece por los nuevos depósitos ha descendido considerablemente con respecto al año pasado. Se ha pasado de una media del 2,83% al 1,75%, una bajada realmente apreciable, lo que denota que los bancos han llevado a rajatabla y un poco más allá si cabe las consideraciones del Banco de España.
Sin ir más lejos, el pasado mes de junio el tipo medio que se pagaba por contratar un depósito a plazo de un año se quedó en el 1,41%, mientras que las cuentas con un plazo de entre uno y dos años se quedaban en un tipo medio del 1,83% (la recomendación dictada por el Banco de España llegaba a un máximo del 2,25%). Los depósitos a plazos superiores se sitúan ahora al 2,19%, cuando el límite total está en el 2,75%.
No se han andado por tanto con remilgos las entidades financieras españolas en este punto. Ya el Banco de España aseguró que aquellos bancos que superasen un cierto número de depósitos con una remuneración mayor que la recomendada se verían obligados a elevar su ratio de capital, es decir el nivel de fondos propios que deben mantener como reserva. Sin ir más lejos, el Gobierno también presentó varios decretos de saneamiento antes del rescate bancario europeo.
Lo cierto es que las entidades financieras se han puesto manos a la obra y todas han seguido las recomendaciones y las directrices del Banco de España en este sentido. El descenso ha resultado bastante considerable y es fácilmente apreciable. Y, como venimos diciendo, incluso en algunos casos se han excedido un poco…