En los últimos años, como era de esperar, han proliferado los estudios e informes relativos a la actitud del usuario con respecto a la banca de nuestro país, decir que los resultados de estos informes no arrojan sentimientos positivos por parte del usuario medio es simplemente ajustarse a una realidad palpable que, sin duda, es uno de los caballos de batalla de la banca española para los próximos años.
En este caso conocemos los datos del informe Servitest publicado por Ipsos, un informe que nos deja algunas cuestiones muy interesantes.
Dentro de estos datos aportados encontramos por ejemplo que el 44% de los españoles no se encuentra satisfecho con el banco con el que trabaja habitualmente.
Los motivos más esgrimidos para justificar esta situación de insatisfacción, son tanto los intereses elevados exigidos para los diferentes productos como las comisiones elevadas y el trato recibido como usuario.
A lo anterior debiéramos sumar cuestiones no menos relevantes como ese 51% de los encuestados que afirma no recomendaría su entidad bancaria a un familiar o amigo, con lo que, extrapolando los datos, más de la mitad de los españoles no se fía de su banco.
Y aún más crece este porcentaje de descontentos cuando se dirige ya no de manera particular a una entidad, sino, al conjunto del sector bancario, donde el 54% incide en la mala imagen que posee de las entidades financieras en conjunto, mientras que, el 56% afirma que los bancos no mantienen políticas transparentes.
Como vemos no se trata realmente de novedades, a fecha de hoy ese hueco entre cliente y entidad es evidentemente más amplio que nunca, e incluso, probablemente, habrá lectores que encuentren éstos porcentajes de descontento bajos para lo que sus entornos directos pueden transmitir.
De lo que no cabe duda, es que el sector bancario se enfrenta a un reto de gran calibre en lo que recuperar la confianza del usuario se refiere.