Cómo funcionan las carteras perfiladas de productos de inversión

A continuación te enseñaremos qué son las carteras perfiladas de productos de inversión y cómo puedes utilizarlas.

BANCOS

No es complicado definir lo que son las carteras perfiladas de productos de inversión: se trata de ajustar los productos al perfil de riesgo del cliente, de manera que la cartera resulte más adecuada para quien contrate los productos. En todos los bancos vas a encontrar este tipo de propuestas para tus inversiones.

Las carteras perfiladas se basan en el perfil de inversor, contra lo que le puede suceder a nuestro dinero en una inversión. Generalmente, las carteras se ajustan a perfiles muy concretos, moderado, medio y arriesgado.

Es decir, las carteras perfiladas de productos de inversión se ajustan de forma estratégica al tipo de perfil que les corresponde, por ejemplo, una persona que invierte en un perfil moderado, sabe que está colocando su dinero de manera que la inversión responda directamente con su capacidad de asumir el riesgo.

De esta manera, cuando escojas una cartera personalizada, no tendrás que prestar tanta atención al producto, ya que este se desenvuelve según la política de inversión determinada y supeditada al riesgo. Por lo que nunca asumirás más riesgo del que tu perfil te recomiende.

Como ventaja de usar las carteras perfiladas de productos de inversión, podemos decir que se trata de productos ajustados a la capacidad de riesgo de su correspondiente inversor, cómodas y que proporcionan un modelo de inversión tranquilo, al que no hay que prestar excesiva atención. En general, podríamos decir que este tipo de carteras favorecen la gestión, resultan cómodas y sobre todo, ahorran mucho tiempo y dedicación a la elección de activos.

Te mostramos dos productos de ahorro que debes tener en cuenta.

inversión

Desventajas de las carteras perfiladas

No obstante, también existen algunas desventajas, que hacen que este tipo de carteras no resulten adecuadas para todos los inversores.

Para empezar, hay que tener en cuenta que esa comodidad de la que disponemos para no tomar decisiones financieras sobre nuestra inversión, provoca que nunca opinemos sobre donde vamos a invertir nuestro dinero, puesto que las inversiones quedan relegadas a los inversores de los productos. Por lo tanto, ante una operación de venta de activos, no sabemos cómo se ha producido, simplemente veremos el rendimiento global de la operativa, pero no los cambios de posiciones en la cartera.

De la misma forma, cuando en la composición de la cartera no haya un producto que nos guste, no vamos a poder cambiarlo, algo que también ocurrirá en el caso de inversión en regiones que no nos acaben de convencer. En definitiva, no se puede participar en las modificaciones.

Por otra parte, las comisiones en las carteras perfiladas de productos de inversión, presentan un coste que deberíamos considerar. Como sucede con los fondos de inversión, al tratarse de fondos de gestión activa, pueden añadirse comisión sobre comisión, por ejemplo, añadiendo una comisión de gestión global sobre la gestión concreta que cada fondo posee.