Lo cierto es que hoy en día resulta mucho más sencillo que antaño cambiar de banco. Sin embargo, que resulte más sencillo no significa que los usuarios tengamos excesivamente claras las cuestiones que motivan o que debiera motivar un cambio de entidad financiera. A la hora de la elección de un nuevo banco hay una serie de parámetros universales que todos tendremos en cuenta, sin embargo ni son los únicos ni Debieran ser exclusivamente la base de nuestra decisión. Trataremos de arrojar un poco de luz sobre la mejor manera de elegir el banco que más nos convenga.
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Y es que debemos tener claro que también en la elección de banco entra en juego una cuestión básica como es nuestro perfil de cliente. Solemos cometer un error inicial de bulto cuando tratamos de ser nosotros los que nos adaptemos a las políticas de los bancos, cuando realmente debemos buscar aquella entidad financiera que más se acomoda a nuestro perfil del usuario.
¿Qué busco en un banco?
En atención a lo anterior lo primero que debemos hacer es plantearnos qué justifica nuestro cambio de entidad bancaria y qué es lo que buscamos de ese nuevo banco al que pretendemos trasladar nuestros productos financieros. Esto resulta básico, a pesar de que las ofertas de las entidades financieras se asemejan en muchos puntos, lo cierto es que dependiendo de lo que busquemos hay algunas que van a responder mucho mejor que otras. Por ejemplo, si lo que buscamos es una entidad con escaso nivel de exigencia de vinculación, a la que tampoco le vamos a pedir productos de financiación, y donde vamos a buscar las máximas rentabilidades del mercado en productos de ahorro, podemos ya configurar un perfil que nos va a acercar por ejemplo las propuestas de banca online, donde, a pesar de que todas las entidades están presentes, son tres o cuatro las verdaderas dominadoras.
De esta manera determinar un grupo de bancos que nos interese sobre el que afinar después la búsqueda es el mejor modo de comenzar el cambio de entidad.
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¿Cambiar por los productos?
La tentación de cambiarse de entidad por oposición o por frustración es realmente la más habitual. Se suele dar tras una mala experiencia en una negociación personal o tras comprobar que alguno de los productos que tenemos contratados con nuestra entidad resultan más ventajosos en otras ofertas de otras entidades.
Si bien es cierto que hoy en día cambiar de banco es simple o debiera serlo, también es cierto que no debemos agotar las posibilidades de nuestra entidad si llevamos un tiempo trabajando con ella y en general el funcionamiento no es negativo. Abrí una comparativa significa también tener en cuenta lo que ya tenemos, con la ventaja añadida de que podemos negociar sobre una base concreta, de hecho una negociación probablemente mejor que la que podríamos tener con una entidad nueva que desea captarnos ya que estamos negociado con quien, teóricamente, no desea perdernos como clientes.
El cambio justificado en la diferencia de los productos por tanto puede ser realizado perfectamente, pero tiene que ser muy meditado.
Escoger un banco que nos convenga es cosa seria, porque nos puede representar una buena cantidad de dinero ahorrado. Te preguntaras que son muchos los bancos… esto sobre todo con una reciente avalancha de mega-fusiones bancarias y la expansión continua de una nueva clase de instituciones financieras. Con todo ello decidir dónde y cómo hacerlo se ha vuelto cada vez más difícil.
Entonces… ¿Cómo sabes cuál es el adecuado para ti?
Aunque un banco puede anunciar un «chequeo libre a tu favor», asegúrese de leer la letra pequeña para asegurarse de que no necesita mantener una cierta cantidad para evitar cargos. Por ejemplo, muchos bancos requieren un saldo mínimo de $ 1,500 para calificar para la verificación gratuita y los clientes que caen por debajo de este saldo se les evalúan bajo un cargo. Sin embargo, aquellos bancos que no requieren un mínimo pueden tratar de recuperar los honorarios perdidos de otras maneras. Por ejemplo, las comisiones por sobregiro son una fuente real de ingresos recurrentes para los bancos y, como tal, algunos bancos buscan formas de crear estas situaciones mediante el procesamiento de cheques de una manera que maximice la probabilidad de sobregiros. Dicho esto, asegúrese de entender los requisitos de todas las cuentas potenciales (es decir, cheques, ahorros, mercado monetario) y pregunte sobre las tarifas relacionadas con saldos mínimos, depósitos, retiros, cheques y depósitos directos.
Por experiencia propia, les digo que bien vale hacer el esfuerzo de seleccionar el banco adecuado, pues estamos hablando de dinero en efectivo que podemos ahorrarnos.
A echarle mano a su selección y recuerde que buscar de otras fuentes no esta demás.