Ha causado cierta sorpresa la estrategia que ha adoptado la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR). Este último fin de semana, ha intentado «seducir» o «presionar» a los socios de la Caixa Rural de Baleares instando a votar en contra de la fusión por absorción por parte de Cajamar.
Mediante una carta abierta en tres diarios de la región, el Grupo Caja Rural intenta decirle no a la poltica de Cajamar de ampliar el número de entidades que conforman su SIP, en detrimento de la situación actual de AECR que ver como poco a poco pierde entidades bajo su orbita.
Actualmente, Cajamar tiene dentro de su Grupo Cooperativo propio a las valencianas Caja Campo, Rural de Albalat, Petrer, Turís y Casinos, y desde el pasado 15 de julio, cuenta con Caixa Rural Balears, que aprobó fusionarse.
Sin embargo, los socios de esta última entidad votarán la operación en la asamblea extraordinaria que se celebrará el jueves 19 de agosto en Campos (Mallorca). La propuesta saldrá adelante si la apoyan dos terceras partes.
Con datos al cierre del primer trimestre, Caixa Rural Balears, entidad de referencia para el sector primario en Baleares, aportará a Cajamar Caja Rural un volumen de negocio próximo a 1.000 millones de euros, unos activos totales de 614 millones de euros, 30 oficinas, 134 empleados, 33.000 clientes y más de 14.000 socios, de los que 12.500 son personas y 1.700 empresas.
La fusión de Caixa Rural Balears y Cajamar Caja Rural elevará su red comercial a 998 oficinas, con 5.100 empleados, 690.000 socios y más de 2,3 millones de clientes en Andalucía, Asturias, Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Región de Murcia, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.