En la última década, los coletazos de la crisis financiera, los bancos han frenado de forma radical su estrategia de expansión, y cada vez hay menos sucursales bancarias.
Realmente parece que estamos ante un proceso imparable. Comenzó a principios de la pasada década, cuando la banca española sumaba el mayor número de oficinas bancarias a nivel europeo, y de su propia historia, con 45.707. Con la llegada de la crisis financiera, esta estrategia de expansión se frenó en seco, comenzando a retroceder sin remedio.
La crisis financiera el principio
La desaparición de numerosas entidades bancarias debido a la crisis financiera, la oleada de fusiones y adquisiciones, la digitalización del sector y la necesidad de reducir costes, han provocado un ajuste radical en la red de sucursales que aún sigue en proceso.
Según datos publicados por la Banca de España recientemente, el pasado año la banca cerró con 26.011 oficinas, tratándose del número más bajo de sucursales registrado por las estadísticas del supervisor, desde finales del pasado siglo, cuando aún no se habían comenzado a expandir las cajas de ahorros.
Esta drástica disminución del sistema financiero, continuará durante los próximos años de aquí en adelante. Siguiendo con los datos, las entidades de depósito han clausurado un 43,1% de sus sucursales en la última década. Estamos hablando de un total de 19.696 locales que prácticamente han desaparecido, de los cuales 1.309 corresponden al cierre del pasado año. En los establecimientos financieros de crédito, el ajuste es aún mayor, puesto que han cerrado hasta el 63% de las oficinas que llegaron a tener a principios de la década. Actualmente, sólo quedan 154.
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Una década de cierres continuados de sucursales
Desde hace diez años, la banca cierra de media a un ritmo de algo más de cinco oficinas al día. Según publicó el Banco de España el pasado año, 4.109 municipios, con el 2,7% de la población, carecían de oficinas bancarias al cerrar el año 2017, aunque las entidades argumentan que internet evita en gran parte la exclusión financiera.
De los cierres que se produjeron el pasado año, las entidades asociadas a la CECA, las antiguas cajas de ahorros, cerraron 689 locales. Esto supone la clausura de un 5,6% en un año, y del 47,6% desde que comenzó la crisis financiera. 2018 ha sido el año que más sucursales han cerrado.
Durante el periodo de crisis, cuatro provincias han perdido más de la mitad de sus oficinas, tres de ellas catalanas. De esta manera, Barcelona ha perdido 3.369 sucursales (el 57,5%), y actualmente quedan 2.494 oficinas. Más tarde le siguen Castellón, con un 55% menos, Tarragona, con un 54% menos, y Girona, con un 53,3% menos.
En cuanto a comunidades autónomas, Cataluña es la que más ha sufrido estos cierres, con un 55,8%. La Comunidad Valenciana ha cerrado casi el 50% de su red. Más tarde les sigue Madrid, con el 47,4%.
Cataluña contaba con 10 cajas de ahorros al comienzo de la crisis. A pesar de esto, ha sido la comunidad autónoma que más fusiones ha experimentado desde entonces, aunque también era la que contaba con Caixabank, la entidad financiera con más oficinas en España.
Por el momento, el proceso continúa, e incluso puede acelerarse si tenemos en cuenta algunos factores, como la reestructuración que llevará a cabo Santander con la absorción de Popular y el anuncio de cierre de oficinas realizado por Caixabank.