No nos alarmemos (si el tema es que puede producir algún atisbo de alarma) no parece probable un enfrentamiento abierto entre la institución bancaria alemana y el Banco Central Europeo, sin embargo, se está convirtiendo en una costumbre por lo visto, que tras la toma de medidas por parte del BCE. algún representante político o institucional alemán realice puntualizaciones en algunos casos controvertidas y siempre, marcando terreno sobre las posturas futuras de Alemanía.
En este caso es el propio presidente del Bundesbank (y consejero del BCE) quien de nuevo marca una frontera al mostrarse totalmente contrario a la posibilidad de compra de deuda soberana por parte del organismo bancario central europeo.
No es ni mucho menos la primera ocasión en la que Jens Weidman se muestra crítico con las posibles acciones no convencionales del BCE en el marco de la busqueda de soluciones a la crisis, de hecho es una de las principales voces críticas a lo largo de estos años al respecto.
En este caso, las declaraciones de Weidmann a un semanario Aleman pueden perfectamente ser entendidas como una respuesta al mensaje velado de Mario Draghi en referencia a la posibilidad de presionar más en busca de bajar el costo del endeudamiento en mayor medida. El banquero aleman considera que la bajada de los tipos de interés y lo que él entiende como provisión de liquidez ilimitada a la banca,son elementos suficientes en un contexto, según indica, en el que no existe una formula rápida de salida de la crisis y eliminación de sus causas y se muestra energicamente contrario a la posibilidad, manejada en diferentes ámbitos, de la compra de deuda soberana por parte del BCE.
Aún admitiendo que, a nivel técnico, no se han agotado las posibilidades, Weidmann afirma que no se puede responsabilizar al Banco Central de problemas que deben resolverse en el ámbito político, y por tanto, la bajada de los tipos de interés y la consiguiente relajación monetaria, no debe ir seguida de manera inmediata por más acciones de calado. Esta postura choca en buena medida con las recientes declaraciones de altas autoridades del Banco Central Europeo, mucho más partidarias de una papel más activo (y relevante) de la institución, en lo que no deja de ser otro episodio de desencuentro de dos maneras muy diferentes de entender el papel del BCE.