La banca tradicionalmente ha sido la encargada de gestionar en los últimos años el mayor porcentaje del volumen de préstamos que se concedían en nuestro país, sin embargo, esta situación se revirtió en pleno periodo de crisis, donde la necesidad de financiación aguzó el ingenio de las personas que buscaron fórmulas alternativas.
¿Reclamar al Banco de España funciona?
Este nuevo escenario para los préstamos se ha instalado en los últimos cinco años de manera muy profunda, tanto es así que hoy en día, cuando parece que empieza a vislumbrarse la posible recuperación del crédito, nos asalta la duda sobre si el panorama de la financiación a través de los bancos y préstamos volverá a ser como fue.
Y es que no en vano en el año 2014 más de la mitad de las personas que asumía haber solicitado algún tipo de financiación afirmaba no haber recurrido a la banca para ello, estamos hablando de una enorme cantidad de operaciones que se concentraron o bien a través de las entidades de préstamo no bancarias, o, sobre todo a través de operaciones alternativas como los préstamos entre particulares, las donaciones y los empeños.
La perspectiva no es buena en ninguno de los casos, aunque, vuelve a recuperarse relativamente la normalidad en lo que las condiciones para acceder a préstamos se refiere el usuario medio saldrá de esta crisis con un tremendo recelo al sobreendeudamiento y las operaciones bancarias de financiación. Las lecciones aprendidas durante estos años en relación a los préstamos han sido duras, tanto préstamos hipotecarios como préstamos al consumo, que, no olvidemos, sigue generando hoy una tasa de morosidad enorme, heredera de todos los años en los que los usuarios han tratado de pagar sus deudas, retrasando la caída en mora.
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En estas duras lecciones el usuario de a pie parece que ha aprendido, al menos de momento, que en un proceso de sobreendeudamiento que coincida con una crisis mayor o menor las entidades bancarias no estarán para prestar más dinero para financiar su deuda; a la postre traducido por ejemplo el enorme problema social que ha supuesto el tema de los desahucios y las ejecuciones hipotecarias.
En definitiva, bancos y préstamos obviamente seguirán unidos, y obviamente volver a recuperar un porcentaje de lo perdido en el ámbito de las operaciones de financiación personal en nuestro país sin embargo, difícilmente ocuparán la preponderancia del producto financiero que vivieron en España en los años anteriores al estallido de la crisis.
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