Parece que el endurecimiento de las reglas para la banca no se limitarán sólo a Europa. A la espera de los resultados del segundo test de estrés (ver el primero), la Reserva Federal estadounidense (Fed) ha informado que realizará revisiones anuales de los planes de capital de las 35 mayores entidades bancarias de Estados Unidos.
Esta iniciativa se llevará a cabo a aquellas entidades que a fecha de 31 de marzo acumulaban activos por un importe superior a los 50.000 millones de dólares (56.560 millones de euros).
Vale recordar que estos resultados condicionarán sus programas de reparto de dividendo o recompras de acciones.
Las autoridades estadounidenses intentan tener un control más estricto de las finanzas de los bancos, que en estos días dieron una muestra de la situación actual del sistema bancario de ese país, tras la publicación de las pruebas de Análisis y Revisión Integral de Capital (CCAR) que incluyeron un análisis prospectivo de los planes de capital de las 19 mayores entidades bancarias de Estados Unidos.
Uno de los puntos claves de este control es que la Fed podría evaluar los programas de las entidades para la distribución de capital, como los incrementos de los pagos de dividendos y la compro o el reembolso de acciones en el marco.
En caso que los planes de capital hayan sido rechazados por la Reserva Federal, las entidades tendrán que recibir la aprobación de la Fed antes de hacer cualquier distribución de capital, pero han dejado en claro que el nivel de detalle y análisis previsto para los planes de capital de cada entidad variarían en función de su tamaño, su complejidad, su perfil de riesgo y el alcance de sus operaciones.
Los bancos que necesitarían capital no son pocos, Bank of America unos 33.900 millones de dólares, Wells Fargo precisa 13.700 millones, GMAC 11.500 millones, Citigroup 5500 millones, además de los bancos regionales, como Regions Financial (RF), Fifth Third (FITB), SunTrust (ITS), KeyBank (CLAVE) y BB & T (TBC).
Por su parte, existen otros 9 bancos, que están en condiciones de recaudar dinero por su propia cuenta, entre ellos JP Morgan y Goldman Sachs.