Finalizando el mes de septiembre no son pocas las familias que, con los gastos de la vuelta al cole, tiene que recurrir a financiación. Y, en ese contexto, la duda sobre qué tipo de financiación elegir es realmente relevante, teniendo en cuenta en este caso, los préstamos de los bancos o los créditos rápidos.
Hay que decir, de antemano, que, aunque ambos modelos tienen un mismo objetivo, son diferentes y tienen características muy particulares a valorar antes de elegir uno u otro.
El crédito rápido
Los créditos rápidos han llegado al mercado de financiación para quedarse. Esto es una realidad incontestable, que, además se refleja en la gran cantidad de compañías prestatarias que han surgido en la última década.
La ventaja principal de los créditos rápidos es un acceso más fácil a la financiación. De hecho, podemos encontrar en algunas propuestas de crédito rápido la posibilidad de financiar pequeñas cantidades de dinero incluso estando en listas de morosidad. Esto es algo impensable en cualquier entidad bancaria.
Por otro lado, son procesos realmente rápidos, que acreditan en ocasiones en unos minutos la concesión o no del préstamo, y la disponibilidad del dinero no suele ser mayor a 24/48.
En el apartado negativo hay que señalar que se trata del método más caro de financiación del mercado, de media, es incluso más caro que la financiación con tarjeta de crédito. Es cierto que algunas compañías ofrecen un primer crédito gratuito sin intereses, en cuyo caso puede merecer la pena, pero a partir de esa bonificación, los intereses son muy elevados. Y, por otro lado, los intereses de demora en caso de impago son tremendamente grandes en comparación a otros productos de financiación.
El préstamo del banco
La gran ventaja del préstamo personal del banco frente a la financiación con créditos rápidos es el coste. En general, un préstamo personal de un banco va a ser mucho más barato que un préstamo rápido. Aunque puede depender de diferentes factores y bonificaciones, la diferencia es realmente importante.
Sin embargo, no hay muchas más ventajas que señalar. Los trámites, salvo en el caso de los préstamos pre concedidos, son más lentos, y el filtro de aprobación de un préstamo personal es mucho más complejo ya que tiene en cuenta factores que muchas empresas de préstamos rápidos no valoran o lo hacen de manera más liviana. En general, se puede decir que es más difícil obtener un préstamo de un banco que un crédito rápido.
¿Qué es mejor el crédito rápido o el préstamo del banco?
Lo primero que hay que señalar, aunque sea una obviedad, es que realmente ninguna de las dos cosas debería utilizarse salgo caso extremo. Es decir, no gastar lo que no se puede gastar excepto si, es imprescindible y debemos recurrir a financiación.
Dicho esto, realmente corresponde al propio perfil de usuario determinar qué es más adecuado. Si las condiciones de endeudamiento y situación crediticia son adecuadas, el banco no tendrá mayor problema en realizar un préstamo, que, puede tardar un poco más, pero a cambio será mucho más barato. Sin embargo, cuando se está en una lista de morosidad o el historial crediticio es dudoso, es mucho más sencillo encontrar financiación a través del crédito rápido, pero mucho más caro.