Ahorrar es una de las mejores noticias que le podemos dar a nuestras finanzas personales, y probablemente en un momento tan complejo como el actual casi una obligación. Sin embargo, no siempre tenemos claro el camino a seguir para obtener este ahorro. Vamos a descubrir la opción del pre ahorro con los productos bancarios.
Vaya por delante que los bancos ya poseen una oferta de productos de ahorro como tal. Es decir, si acudimos a los bancos, nos sentamos con un agente comercial y decimos que queremos ahorrar probablemente nos va a presentar una batería de productos diferentes en los que hacerlo. Sin embargo, lo que pretendemos analizar un poco más a fondo es el proceso de ahorro y su relación con la herramienta que elijamos a tal fin.
Por ejemplo, no es lo mismo aquella persona que mantiene un presupuesto exhaustivo para su economía doméstica y conoce desde el primer momento de cada mes cuáles son sus gastos, ingresos, y opciones para el ahorro que quien no controla en absoluto estos parámetros de sus finanzas. El primero de ellos podrá perfectamente destinar una cantidad determinada a un tipo de ahorro u otro, dividiendo incluso la finalidad de dicho ahorro. El segundo de ellos difícilmente podrá cuantificar el ahorro, peor aún, probablemente acaben diluyendo la opción de ahorrar en la confusión del gasto no controlado.
El preahorro
Hay muchos caminos para tratar de incorporar el ahorro a nuestras vidas. Probablemente, para quienes tienen ingresos regulares, bien a través de nómina o bien a través de la facturación del autónomo, el pre ahorro es uno de los más recomendables y sencillos de poner en marcha.
El principio básico del pre ahorro es simple pero eficaz: si el dinero no llega a mí no me lo puedo gastar. Este principio se combina con la certeza de un gasto excesivo que se puede recortar en los denominados gastos hormiga, ese pequeño chorro de gastos que se pueden evitar pero del que no siempre somos conscientes. A partir de aquí el pre ahorro lo que nos propone es retirar una cantidad de dinero determinada antes de llegar a nuestro bolsillo, y, orientar ese dinero a la opción del ahorro activo, es decir remunerado.
En esencia, el pre ahorro con un producto bancario parte de un acuerdo entre el cliente y la entidad mediante el cual el banco apartará automáticamente una cantidad pactada con el cliente de los ingresos de este mes tras mes. Esta cantidad que se aparta automáticamente no llega a estar disponible para el cliente (o no debería) y se dirige a un producto bancario contratado a tal fin en el que se van depositando las sucesivas cuotas de ahorro mes tras mes.
Cuánto preahorrar
Si nunca has puesto en marcha el ahorro anteriormente te va a resultar difícil calcular exactamente qué dinero puedes retirar de tus ingresos. Lo ideal es comenzar por al menos un 10% de tus ingresos, pero, si esto te parece mucho para empezar, puedes ir graduando la cantidad, empezando por una cantidad menor y poco a poco, a medida que te acomodes a la situación, subiendo dicha cantidad.
Ten en cuenta que no es una acción sencilla ya que la retirada de ese dinero va a suponer directamente que debes recordar algunos gastos. Este tipo de medidas se ponen en marcha cuando o bien nos cuesta llegar a fin de mes o bien llegamos a fin de mes justos sin sobrantes. Por tanto debes estar dispuesto a asumir que hay que reajustar el control del gasto en tu economía. Cuanto más tengas esto claro y más esfuerces en ello mejores resultados vas a obtener.
Pongamos un escenario hipotético. Eres una persona fumadora que a la semana gasta 35 € en tabaco. Si te planteas una acción conjunta de ahorro y recorte de gasto, dejar de fumar te va a suponer la posibilidad de pre ahorrar 140 € mensuales, 1680 € anuales más la rentabilidad del producto que es elegido para pre ahorrar. Esto es sólo un ejemplo muy concreto, pero puedes aplicarlo a multitud de gastos que realmente no son necesarios y que te pueden suponer la diferencia entre ahorrar o no.
En este post te descubrimos las claves básicas del ahorro
Productos bancarios para preahorrar
Realmente cualquier producto de ahorro e inversión que te ofrezca tu banco puede ser susceptible de entrar dentro de esta filosofía de pre ahorro. Tienes que tener claro eso sí que deberás definir tu perfil que fundamentalmente se englobará en una de estas tres categorías:
- Perfil conservador, que no está dispuesto a arriesgar su dinero en absoluto y que busca la seguridad de la remuneración garantizada. Para este perfil por ejemplo resultan adecuados los seguros de ahorro.
- Perfil mixto, que está dispuesto a asumir determinados riesgos controlados pero evitando exponer mucho el capital. Para este perfil por ejemplo pueden resultar interesantes los depósitos estructurados o productos combinados (no complejos)
- Perfil arriesgado, que está dispuesto a asumir riesgos sobre su capital, es decir incluso a llegar a perder dinero, para poder obtener rentabilidades superiores a la de los otros dos perfiles. En este caso por ejemplo los fondos de inversión puede ser una herramienta interesante.
De todos modos estos perfiles se entrecruzan ya que también existen fondos de inversión sólidos perfectamente orientados a perfiles de ahorrador conservador.
En cualquier caso, lo que nos interesa definir para el pre ahorro no es tanto tu perfil, que es importante, sino las sensaciones que tú tengas respecto a la liquidez que vas a necesitar.
Esto tiene mucho que ver con la disciplina en el control del dinero. Pensemos, aunque el dinero no llega de manera inmediata a ti, de lo que se trata es que entrar automáticamente en un producto de ahorro bancario, un producto suscrito por ti y del cual es titular. Es decir, es tu dinero y puedes reclamarlo en cualquier momento. Por ello, lo primero que tienes que definir antes de elegir el producto es si te consideras con la capacidad suficiente de no recurrir a este dinero de manera constante y sin criterio. Esto no es la usada de las monedas que metes mano cada vez que te quedas sin cambios.
En atención a esto distinguirían los dos grupos:
- Aquellos capaces de controlar el impulso de liquidez de sus productos y dejarlos trabajar
- Aquellos que no se sienten tan capaces de controlar el impulso de liquidez de sus productos
Para los primeros se abre una mayor gama de productos bancarios orientados al ahorro, por ejemplo las cuentas remuneradas que aunque no atraviesa su mejor momento son un producto con liquidez y rentabilidad asequible, los fondos de inversión que son una herramienta muy atractiva y flexible adecuada para cada perfil de ahorrador e inversor, y en general productos flexibles, no complejos y en los que aunque la liquidez sea sencilla sabemos que no acudiremos a rescates ni salidas de dinero excepto casos de extrema necesidad.
Para los segundos va a resultar mucho más recomendable utilizar barreras que puedan hacer desistir la tentación de sacar el dinero ahorrado sin necesidad. Aquí productos como los seguros de ahorro o los depósitos son probablemente lo más indicado. Ten en cuenta que en estos casos rescatar el dinero no te va a generar pérdida sobre lo que has aportado pero tampoco rendimiento alguno o en el mejor de los casos un rendimiento escaso. No parece que merezca la pena poner tu dinero a trabajar para después, por impulso, retirarlo y perder la posible rentabilidad.
Aunque existen más opciones, entendemos que el pre ahorro se hace como una herramienta para impulsar el hábito del ahorro dentro de nuestra economía personal. Por esto mismo, debemos huir de los productos complejos al menos en las primeras fases de nuestro ahorro. Ten en cuenta que muchas personas en el pasado suscribieron productos complejos pensando que contrataban productos garantizados, la experiencia obviamente es terrible ya que en muchos casos se perdieron ahorros de toda la vida por una mezcla de poca cultura financiera y muy mala praxis profesional bancaria.
En resumen sobre el preahorro
En definitiva, pre ahorrar es sin duda la mejor manera de comenzar a impulsar el hábito del ahorro en nuestro hogar. Posteriormente, incluso cuando hemos llegado a un buen control y equilibrio de los ingresos/gastos, es probable que sigamos adoptando en parte la postura de mantener el pre ahorro ya que resulta muy cómodo y eficaz. Eso sí, a medida que pase el tiempo y vayamos consolidando nuestra manera de ahorrar debemos también destinar una parte del ahorro a ser movilizado con más flexibilidad. Pero esto ya es parte de otro artículo.