Puede parecer a primera vista que los motivos por los que se nos concede o deniega un préstamo son evidentes. Pero esto no está tan claro si tenemos en cuenta que a la hora de la evaluación de riesgos por parte de las entidades entran en juego bastantes más cuestiones que el mero hecho de tener o no ingresos regulares.
Como primera lectura general podemos confirmar que el acceso a los préstamos ha mejorado en los últimos tiempos, pero, se encuentra muy lejos aún de lo que antes de 2007 se asemejo, salvando las distancias al easy money. Todo esto se traduce en un mayor rigor en la aplicación de los criterios de riesgo de las entidades bancarias españolas, que ya de por sí se ha endurecido sustancialmente con respecto a antes de la crisis en 2007…
Son cinco las cuestiones básicas que van a influir a la hora de que se nos conceda o deniegue un préstamo:
Ingresos estables
Básico. Resultará prácticamente imposible acceder a financiación si no se es capaz de acreditar ingresos estables. Las entidades financieras valoran sobre todo la capacidad de devolución del préstamo, en este sentido los ingresos son una pieza clave.
Es importante reseñar que no sólo hacemos referencia a los ingresos derivados del trabajo o ingresos regulares, a la hora de defender la posibilidad de acceder a un crédito todos los ingresos justificables provengan de la vía que provengan serán importantes como punto a nuestro favor.
Situación laboral estable
Presentar ingresos estables como ya veíamos anteriormente es fundamental a la hora de que se nos conceda o no un préstamo, sin embargo, también decíamos que la entidad valora la capacidad de devolución del usuario, en este sentido poseer ingresos regulares suficientes para hacer frente a un préstamo, pero, tener una situación laboral inestable puede ser un gran enemigo cara a obtener financiación.
Por supuesto en el otro vértice una situación laboral estable y los ingresos regulares estables derivados son una buena ventaja a favor del usuario que vaya a solicitar un préstamo.
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Posibilidad de garantías
Usted habrá escuchado más de una vez que las entidades financieras no quieren poseer más viviendas, esto es una verdad a medias, lo que las entidades financieras no quieren desde luego es financiar operaciones de préstamo de importes medios y grandes sin avales, y el aval más habitual en las operaciones de importe alto es sin duda la vivienda.
Independientemente de la situación laboral y los ingresos de un usuario, dependiendo del importe a solicitar resultar muy probable que la entidad solicite la presentación de un aval, además de la vivienda estos avales pueden ser presentados contra productos como los depósitos bancarios y otros productos financieros.
No responder a la exigencia de aval, como ya sabemos, en un 99,9% significa no tener acceso al préstamo.
Historial crediticio
Es una de esas cuestiones que generalmente se toma como menor y sin embargo tiene una importancia notable. El análisis del historial crediticio del usuario se basará no sólo en los productos de crédito que se mantendrán en vigor suscritos en la fecha de estudio de la operación, sino incluso de su composición duración etc… es comprensible ya que el nivel de endeudamiento del solicitante resulta una información tremendamente sensible para evaluar el riesgo.
Morosidad (no estrictamente financiera)
Con la presencia del usuario en los registros de morosidad nos encontramos con otro de esos problemas a los que a veces no prestamos tanta atención como debiéramos. Debemos tener en cuenta que la presencia en un registro de estas características no tiene por qué estar siempre derivada de una deuda financiera, pero, independientemente del origen de la deuda, encontrarse dentro del registro de morosos es un elemento tremendamente negativo a la hora de solicitar un préstamo.