Cuando el runrún ya comienza a adquirir carácter de rumor abierto es que se trata probablemente de la antesala de, al menos, algún movimiento sobre el tema en concreto. Si el tema es el aumento de las tasas aéreas el rumor, en este caso, es simplemente el anuncio de un futuro cercano.
A pesar de que existe una vocación unánime, al menos en el entorno europeo, por parte de los gobiernos de negar la mayor, es decir negar una posible subida de tasas aéreas, lo cierto es que en general se espera a nivel internacional un crecimiento sensible de estas tasas, que en algunas zonas geográficas será especialmente alto.
Las especulaciones hablan de un aumento global medio en el entorno del 2.2% para el año 2015. Sin embargo, los mayores saltos de aumento de precios vendrían a darse en América del Norte y América Latina con un crecimiento de las tasas del 3.5% y del 2.5% respectivamente.
¿Por qué suben las tasas si el combustible se ha estabilizado?
Uno de los argumentos utilizados para justificar que no se va a aumentar la tasa aérea tiene que ver con la estabilización de los precios del combustible. Esto siendo cierto, no es lo determinante.
Lo verdaderamente determinante es la caída del volumen de tráfico de pasajeros, un retroceso sensible que, lleva fundamentalmente a los mercados emergentes a cifras ya no de crecimiento en este sentido si no bordeando el descenso… esto no consigue equilibrarse dentro de la comparación con el impacto de la estabilización de los combustibles.
Si tomamos además el caso de América Latina vemos como la inflación creciente en países como Argentina y Venezuela hace que las tarifas asciendan de manera más que notable en 2015, subidas que se pueden estimar el 6% y el 7%.
En el caso de Norteamérica la cuestión es diferente, los aumentos superiores a la media de precios tienen mucho que ver con las fusiones y adquisiciones de aerolíneas, en la actualidad la realidad del transporte de pasajeros en América del Norte es cuestión ya sólo de un pequeño grupo de compañías que domina el mercado; realmente cuatro compañías controlan más del 80% del mercado estadounidense, una situación que no parece la más recomendable sobre todo cuando además las fusiones y adquisiciones han acentuado la tendencia a la reducción del número de vuelos con destino a algunos de los puntos importantes de comunicación en el país.
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