Esta es una de las noticias bancarias que se recibe sin excesivas sorpresas porque ya se esperaba algo similar. Durante todo el pasado año 2013 se apuntaba a un crecimiento realmente serio de la actividad supervisora del Banco de España, algo que tras la publicación de la Memoria de Supervisión Bancaria 2013 se ha confirmado y a lo que se le ha puesto dato; concretamente un crecimiento del 50% con respecto al año anterior.
Y es que efectivamente durante 2013 la actividad supervisora del organismo bancario central de nuestro país tuvo que asumir un un gran número de nuevas reclamaciones.
En datos la memoria arroja que concretamente se realizaron 452 actividades supervisores sobre las 423 entidades financieras bajo el control del BdE. Un crecimiento como decíamos cercano al 50% con respecto al año 2012. En la composición de dichas actuaciones encontramos la formulación de hasta 47 escritos con algo más de 130 requerimientos, con una especial incidencia en lo que se refiere al riesgo de crédito
Además del citado incremento se nota el añadido de actuaciones específicas destinadas a la verificación de los cumplimientos de la nueva normativa sobre refinanciaciones, y, por supuesto, al análisis de los planes de cumplimiento de la ratio de capital algo que se ha realizado en colaboración con la Autoridad Bancaria Europea: y es que en 2013 pasara por ser el año en el que se enmarca realmente el cumplimiento definitivo de las condiciones del rescate a la banca española, reflejadas en el Memorando de Entendimiento así como el comienzo de la preparación del mecanismo único de supervisión en el ámbito de la Unión Europea.
Ya en el último trimestre del año la entidad bancaria central de nuestro país avanzaba la formalización de los informes periódicos de seguimiento de las entidades, así como la búsqueda de agilidad de la transmisión de las conclusiones de los trabajos realizados en campo.
Recordamos que a partir del próximo otoño será el Banco Central europeo que asuma la supervisión directa de aquellos bancos que se consideren significativos en el ámbito de la Unión Europea, una labor de supervisión en la que los organismos bancarios centrales nacionales ejercerán labor de asistentestanto desde el punto de vista de recabar información, como en la colaboración de los equipos de inspección sobre el terreno o en la ejecución de las medidas adoptadas por el organismo bancario europeo.
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