Reconocer que en la actualidad la necesidad de financiación de las economías domésticas no sólo no es menor que antaño, sino que incluso es mayor, y justificada en muchos casos por el simple hecho de no llegar a fin de mes, es reconocer un panorama económico real, esa economía de a pie que a veces se aleja de los medios de comunicación, pero que está ahí, y es realmente con la que convive la gran mayoría de los ciudadanos de este país.
Dentro de esta situación en ocasiones surgen datos y cuestiones que a primera vista resultan chocantes pero, que nos arrojan un dato cuando menos curioso; en una situación en la que el grifo del crédito se encuentra cerrado a cal y canto, resulta que, según este estudio, durante el último año más de la mitad de los Españoles ha solicitado financiación, es decir, ha pedido dinero; pero ¿si los bancos no conceden créditos donde piden dinero los españoles?
Que los bancos no son los favoritos a la hora de esta petición de fondos por parte de los españoles es una evidencia que se refleja incluso en este estudio; ya que según los datos sólo el 24% se ha dirigido a las diversas entidades financieras, un dato que además hay que tomarlo con cautela, ya que dentro de este porcentaje crece de manera exponencial y cada vez más rápido la presencia de los mini créditos proporcionados por empresas especializadas que entran dentro del saco de entidades financieras, aunque no se rijan por los mismos parámetros, y desde luego no se identifiquen con las entidades financieras tradicionales.
La parte del león de esta financiación de la mitad de los españoles recae en los préstamos particulares en el entorno directo; si sumamos los que afirman haber pedido dinero a sus familias junto a los que hicieron lo propio con amigos de la suma de ambos supone el 57% del global; es decir, de esa supuesta mitad de españoles que tuvieron que pedir dinero durante el último año, prácticamente el 60% tuvieron que hacerlo a través de préstamos particulares, de lo que se deduce la importancia que este modelo de préstamo, al que a veces no se le concede toda la seriedad que debiera, está alcanzando.