Frente a la crisis de España, los Bancos sufrieron importantes cambios, es decir, de casi 50 entidades pasaron a 14 grupos bancarios. Se dice que aquellos que puedan acomodarse a las reformas, volverán a grandes beneficios en 2014. Dichos cambios empezaron desde hace 4 años, y hoy en día el sector ha cambiado notoriamente. Se podría decir que las reformas cambiaron totalmente el antiguo mapa financiero español.
De las 77 entidades que existían en los ochenta se quedaban en poco más de 45 en 2009, y, desde entonces, con tendencia evidente a reducirse más, como consecuencia de las fusiones en plena crisis financiera internacional. Tras la reforma financiera del actual ministro de Economía y Competitividad, se prevé que incluso se podrían borrar los pocos vestigios aún existentes de unas entidades ( Las Cajas) .
En la actualidad, el proceso de reconversión, se ha centrado en el recorte de costos, principalmente ajuste de empleo y cierre de oficinas. La primera fase de la última etapa de este proceso, que arrancó en 2009, en plena crisis económica mundial, ha dejado en catorce las principales entidades del panorama financiero español. La plantilla media de las fusionadas y la red de oficinas se han recortado por igual hasta el entorno del 17%.
Es necesario realizar una segunda ronda de integraciones y uniones más exigente y efectiva para llegar a cuantificar este ajuste en un 30% tanto de la capacidad instalada (número de oficinas) como de las plantillas.
Frente a todas las modificaciones y frente a un nuevo panorama, nadie se atreve a dar un número exacto e idóneo de entidades para que el sistema español, consiga volver a consolidarse como uno de los más solventes y viables del panorama financiero internacional. Los grupos resultantes de todos estos cambios —sean de mayor o menor tamaño—, tras aplicar con éxito todas las nuevas exigencias legales, de sobrevivir, serán de nuevo sólidos y rentables y competirán entre sí. O eso es lo que busca el último decreto financiero conocido como la Ley Guindos. Todo ello, para compensar cuanto antes la caída de los márgenes del negocio bancario y poder seguir saneando balances.
Recordemos que en un primer momento, el Gobierno, había estimado en seis grandes grupos, la cantidad adecuada para que el sistema financiero español pudiera sobrevivir. La línea a partir de la cual se convertiría un grupo en una de estas grandes entidades serían los 100.000 millones de euros por volumen de activos.