Caja Laboral cerró el ejercicio 2008 con un beneficio neto de 100 millones de euros, es decir, un 45,6% menos que en 2007 como consecuencia directa de la inclusión del impacto negativo que tuvo sobre su cuenta de resultados la quiebra de Lehman Brothers, donde tenía 162 millones en bonos.
Por lo tanto, la entidad concluyó el año con un resultado de 163,5 millones, sin el efecto de Lehman, un 11,5% menos que en el ejercicio anterior.
Los recursos de balance ascendieron a 18.796 millones, un 11,8% más que en 2007, superando la media del sector que fue del 5,2% al cierre de noviembre.
La caja presidida por Juan María Otaegi concedió créditos a clientes con un aumentó un 10,5%. Los créditos hipotecarios se elevaron un 8,9%, ascendiendo a 1.400 millones. La financiación destinada al consumo también se incrementó un 8,7%, mientras que los créditos concedidos a empresas crecieron un 7,3%.
Por su parte, la morosidad se situó en el 2,21% con cifras altas en los promotores (7,67%), mientras que el coeficiente de solvencia fue del 10,43%, con un excedente de 279,65 millones y la caja cuenta con 500 millones de euros de liquidez estructural.
En cuanto a las oficinas, la entidad cuenta con 401. Se abrieron 12 sucursales, una en Vizcaya, siete en Madrid y el resto repartidas en Asturias, León, Cantabria y Burgos. La caja tenía a fecha de cierre 1.185.672 clientes y cuenta con una plantilla de 1.976 socios.
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