El negocio de los bancos es evidente, no debemos ser unos genios de las finanzas para comprenderlo, pagar intereses menores para el ahorro y cobrar más cara la financiación y así ganar dinero, pero el tema es como lo hacen. Desde hace algunos años, más específicamente desde la explosión de la crisis inmobiliaria e hipotecaria, los balances de las entidades financieras han sido preocupantes para sus directivos.
Lo cierto es que el mercado español se contrajo de tal manera que comenzaron los impagos, se agigantó el stock de viviendas sin compradores, se redujo el otorgamiento de créditos y la banca comenzó a evidenciar graves problemas. Si a esta situación le sumamos el crecimiento de la tasa de paro y la evolución del IPC y del Euribor, los bancos se enfrentan a clientes que están endeudados, y con poca capacidad de pago.
Para captar pasivo, la banca recurrió a una guerra de depósitos que ofrecían tipos de interés de hasta un 4% TAE, pero para evitar una sangría mayor, el Gobierno decidió limitar estas super ofertas con una tasa que puso fin a las altas remuneraciones.
Por lo tanto los bancos se encuentran en una situación que deben reflejar solvencia, es decir deben ser rentables, pero a la vez deben seducir a su clientela con productos financieros competitivos. En los últimos meses, las propuestas comerciales han sido poco atractivas, ya que bancos y cajas inundaron sus oficinas con pagarés, y quitaron las rentabilidades más jugosas a los depósitos bancarios y cuentas remuneradas.
Por lo tanto los clientes se enfrentaron a un doble desafío ¿depósitos de alta rentabilidad con vinculación de productos o IPF sin fidelización? Además, poco a poco empezaron a aparecer tipos altos para depósitos estructurados, que requieren de un grado mayor de conocimiento del mercado.
Si comparamos los diferentes plazos fijos, vemos un mercado que se mueve mucho más lento, con clientes que buscan ofertas puntuales, adiós a esos depósitos al 5% TAE.
Con entidades financieras que pagan menos por el ahorro, consecuentemente hemos visto como se ha encarecido el acceso a la financiación, no sólo porque se han subido las comisiones y han crecido los tipos de interés, sino porque ahora se deben cumplir mayores requisitos, y no todos están en condiciones de aplicar.
Seguros, ingresos familiares sólidos, domiciliación de la nómina y recibos, son algunas de las condiciones que la banca aplica a sus clientes de créditos e hipotecas, con vinculación de servicios, algunos pocos consiguen acceder a la financiación al consumo, y a la vivienda.
Bajo este panorama, los bancos deben ser solventes, exponer un capital fuerte que sea lo suficientemente robusto para resistir un escenario adverso y se enfrentan además a las inestabilidades de los mercados financieros, que no les ofrecen respiro alguno. Muchas entidades nuevas han salido al parque a buscar dinero de los especuladores, y otros se han mantenido frente a las turbulencias actuales.
Veamos como evolucionan las acciones de los bancos en la bolsa.
La rentabilidad de los bancos es una de los temas centrales en el debate europeo, mayor capitalización y cumplimiento de las normas de Basilea III son materia de debate continuo, que se ha profundizado con las rentabilidades en 2011, y un panorama sombrío en 2012.
A continuación, podrá consultar las mejores ofertas en productos financieros que ofrecen los bancos: